La banca votará SI en la Consulta Popular 2018: ¿a qué costo?

Andrés Chiriboga T.

Foro de los Comunes

Observatorio de la Dolarización

La Consulta Popular de este 4 de febrero es mucho más que siete preguntas puntuales con sus respectivos anexos (¡que pocos habrán visto!). También es mucho más que un maniqueo enfrentamiento entre “morenismo” y “correísmo”, aunque es indudable que la campaña electoral ya ha tomado ese matiz. Es importante entender que, en la rauda y controvertida convocatoria a la Consulta Popular reposa la urgencia del Presidente Moreno de abrirse un mayor margen de apoyo político después de su apretado triunfo electoral de Abril de 2017. El Presidente pudo ampliar su margen de maniobra recomponiendo relaciones con sectores sociales de izquierda que se alejaron de la Revolución Ciudadana. Y no se puede decir que no lo ha hecho. Sin embargo, desde los primeros diálogos de su mandato, Moreno abrió más la cancha sobre todo para dar grandes señales a aquellos actores que fueron sus grandes opositores de la campaña presidencial y desconocieron su triunfo. La Consulta Popular acelera esta estrategia: guiña el ojo a las organizaciones sociales, juega con el sentido común de las grandes mayorías con preguntas a las que es difícil decir No pero, esencialmente, contenta a la oposición de derecha. Detrás del populismo penal y la demagogia ambiental que apelan a los sentidos comunes de la gente (los y las votantes dirán: ¿cómo oponerse a penalizar a los violadores, corruptos y a defender el medio ambiente?) existen temas cuya aprobación empata con los intereses de lo grandes grupos económicos del país. Es importante que los electores y electoras hagan una reflexión al respecto de cara a consignar su voto este domingo:

La pregunta 7 parecería invocar desinteresadamente a la conciencia ambiental. Sin embargo, al limitarse a discutir las dimensiones del área de explotación y protección del Yasuní no critica y más bien refrenda el modelo de acumulación basado en el extractivismo. ¿Cómo defender una profundización de la trasformación productiva o replantear la necesidad de romper con el insostenible uso de combustibles fósiles cuando el pueblo ecuatoriano, en las urnas, se ha pronunciado por sostener un modelo económico primario extractivo de una manera “light” y pseudo-ambientalista?

Por su parte la Pregunta 6, sin sustanciales argumentos más allá que los cacareos de los especuladores inmobiliarios, echa tierra encima de la Ley de Plusvalía. Es ciertamente un instrumento susceptible de mejora, sin embargo: ¿por qué enterrarlo y dejar al país sin una herramienta clave para pelear contra la concentración de riqueza, para reducir históricos abusos y desigualdades en el negocio inmobiliario? Ante esto, el Presidente Moreno dice que habrá que hacer una nueva Ley. Una afirmación que nuevamente muestra que una reforma o una nueva norma es algo que pudo haber hecho meses atrás cuando la polarización con su propia bancada, que fue acelerada por la Consulta Popular, no era un inconveniente. Hoy en día, a los especuladores inmobiliarios les conviene que el SI gane en la pregunta 6, ya que derogada la ley será difícil que la Asamblea Nacional, en su descomposición de fuerzas actual, promulgue norma alguna, no se hable de una más progresista. En este punto podríamos decir que bastará que Moreno sea firme y coherente, envíe un proyecto de ley que podría promulgarse a falta de trámite o gracias a su poder de veto. Sin embargo, las élites económicas, quienes han dejado claro que son partícipes del eventual triunfo del SI presionarán fuertemente por la ausencia de norma o la construcción de una que les beneficie.

Así mismo, interesa a la élites el proceso de evaluación y recambio de las autoridades de control que se desencadenará en caso que el SI gane en la Pregunta 3. Desde hace meses van atrás de la cabeza del Superintendente de Bancos y no han abandonado la cacería a Patricio Rivera, ex Ministro de Correa, ex Consejero del Presidente Moreno y ahora Superintendente de Economía Popular y Solidaria. El punto aquí no es, de ningún modo, oponerse a la rendición de cuentas y el control político. Pero esto debe hacerse sin soslayar el Estado de Derecho (como lo hace la propuesta de la Pregunta 3) y sin hacer eco de las vendettas políticas de las tradicionales élites económicas y políticas del país.

El triunfo del SI en la Consulta Popular tendrá como consecuencia el reposicionamiento de la oposición de derecha y de las élites económicas. Estos sectores ya han dejado claro al Presidente que el triunfo del SI es triunfo suyo. Lo mismo lo dicen de manera más amable algunos y lo grita a viva voz el banquero Guillermo Lasso. Y a cambio pedirán un giro de modelo económico. Lo demás son detalles insignificantes. De hecho, no ha faltado que llegue la Consulta Popular para que los tradicionales grupos económicos y sus corifeos hagan ya sus primeros reclamos. No les bastó que ruede la cabeza de Patricio Rivera del entorno presidencial y piden a gritos que Moreno elimine cualquier rezago del equipo económico del régimen anterior. En la misma línea se ha formado, y con algunos miembros de esa misma élite incluidos, el denominado Foro de Economía y Finanzas Públicas para manifestarle al Presidente que la mejor manera de manejar la economía del país es la contracción del Estado, la flexibilización laboral, la desregulación de los mercados y lo que parecería ser la privatización del sistema previsional y de pensiones jubilares. No debe sorprendernos este conjunto de pedidos si miramos las credenciales de este “selecto grupo”: fueron autoridades o asesores del frente económico en los años que precedieron la crisis financiera de 1999 y algunos son banqueros de larga data. Además, muchos de ellos no solo impulsaron y expidieron normas para facilitar la fuga de capitales del país sino que ellos mismo han constituido empresas en paraísos fiscales y tienen sus recursos fuera del Ecuador. ¿Con estas credenciales y calidad moral hablan de Patria y buen manejo de la economía?

Si bien no debería sorprendernos lo que estos caballeros proponen, sí debe preocuparnos su capacidad de llegada al poder. Le han dejado claro a Moreno y sus allegados que ellos son parte del equipo del SI. Ese SI no es una proclama gratuita. La banca votará SI, llamará a votar SI y exigirá medidas en su favor al Presidente con quien ya lograron sus primeros triunfos sin corresponsabilidad alguna. Esta vez quizá se tardarán menos en ser recibidos en el Palacio Presidencial (la vez anterior la respuesta favorable a recibirlos tardó solo unas horas) para apremiar al primer mandatario por el retorno del modelo económico que, décadas atrás, llevó al país a la crisis, pobreza y profundización de las desigualdades. Un contrapeso a las presiones de las voces que claman por el retorno de la ortodoxia económica es urgente. Un voto reflexivo y crítico, consciente de esta nueva matriz de poder, es fundamental este domingo.

Foto: Agencia Andes y Movimiento Alianza PAIS

 

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